El Reto

Sacar tu familia adelante, aprobar ese examen que se te atraganta, subir la cima de una montaña, ... la vida está llena de retos; y ¡qué sería de nosotros si no fuera así! El ser humano, por naturaleza, necesita esos retos para vivir y sentirse realizado... y nosotros no ibamos a ser menos ...

...un grupo de amigos, zapatillas y... a correr. Nuestro reto consiste en cruzar a pie la Ruta de la Plata que transcurre por tierras extremeñas en menos de 24 horas.


jueves, 6 de marzo de 2008

Crónicas del Desierto

Ninguno de nosotros imaginaba lo que íbamos a encontrar en los campamentos; marchamos de Barajas con mochilas llenas de medicamentos y volvimos con las mismas mochilas pero llenas de amistad, vivencias y buenas vibraciones,… y dejando allí una familia que ya forma parte de nosotros.

La Familia


Llegamos a Smara sobre las 6 de la mañana. Allí nos asignaron una familia con la que compartiríamos Haima hasta el día de nuestro regreso. La familia fue la de Marmada – Mohamed Salem, en la que enseguida nos sentimos como parte de ella.

Los saharauis son gente muy hospitalaria; alguien dijo de ellos que no tienen nada pero lo dan todo. Enseguida te acostumbras a su forma de vida; tomar el té, conversar, tomar el té, pasear, tomar el té, bailar,… y tomar el té. Se hacen querer y consiguen que te integres de una manera tal que consiguieron que olvidáramos los entresijos de nuestra vida de “primer mundo”.

Los Compañeros



Corredores de ultrafondo, aventureros de mochila, escritores trotamundos, políticos, maratonianos de los 5 continentes, proyectos solidarios,… personas que primero actúan y luego piensan lo que han hecho. Este tipo de gente es la que tuvimos la suerte conocer. De ellos nos hemos traído enriquecedoras conversaciones, historias entrañables e inolvidables y… en fin, muy buenos ratos.

El Proyecto Solidario


Uno de los objetivos que perseguíamos cuando decidimos formar parte de este proyecto que se llama Maratón del Sahara, y que nos ha dado más de lo que nosotros hemos podido aportarle, era el de hacer llegar el material recogido durante el Reto de la Plata. Al final, por restricciones de peso en el avión, sólo pudimos llevar medicinas.

El día que fuimos al hospital a entregar el material fue muy especial y, aunque lo que tú llevas es mucho para ellos, te das cuenta de lo poco que llevas para lo mucho que necesitan.

Los Campamentos



Son el lugar más inhóspito que he conocido; todo es arena, mires por donde mires, salpicada de Haimas y de casetas de barro y uralita mimetizadas con el paisaje. A pesar de esto, las ganas de vivir de esta gente unida a las ayudas desinteresadas de gran número de asociaciones han conseguido dotar a estos campamentos de escuelas, un hospital, instalaciones deportivas,… aunque nada parecido a lo que estamos acostumbrados en éste, nuestro “primer mundo”.

Uno de los proyectos que más nos impresionó es el llevado a cabo por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Extremadura; se trata de huertos. Es increíble ver crecer árboles y multitud de hortalizas en lo que, hasta hace poco, era un mar de polvo.

La Maratón

…Y llego el día mas esperado. A las 6 de la mañana todos los corredores de la maratón nos reunimos para desayunar juntos, los de la media maratón, 10 y 5 Km. lo harían más tarde. A las 8 de la mañana estábamos en El Ayoun, en la salida. El frío era terrible pero enseguida lo olvidamos gracias a los cientos de mujeres saharauis que se habían acercado a animar portando banderas saharauis, niños entonando pegadizas canciones,… y nosotros mismos, que contagiados por el ambiente festivo, cantábamos, saltábamos y bailábamos en la misma línea de salida.


A las 9 comenzaba la carrera y, con puntualidad saharaui, a las 9.15, comenzó.
Camellos y cientos de saharauis dieron paso a un impresionante amanecer en el desierto. La carrera continuó con fuerte viento hasta el kilómetro 20. Aquí se pasaba por el campamento de Auserd, y otra gran cantidad de saharauis nos hicieron pasillo llevándonos en volandas durante casi 3 km. Después, y ya sin tanto viento, comenzaba zona de colinas de difícil paso; la cantidad de arena bajo nuestros pies no ayudaba en nuestra empresa. Los últimos 10 km, a pesar de ser en ligero ascenso, eran más fáciles de correr, ¡para quien aún tuviera piernas! Y, por fin, la meta y otra multitud de saharauis recibiéndote. La satisfacción y alegría por haber terminado fue mucho mayor al descubrir que el amigo Pedro había sido el vencedor de la prueba. Enhorabuena Campeón!